Hacer lo que hago para vivir, me hace un ser afortunado. Afortunado por que, entre otras no pocas cosas, uno de mis máximos placeres es viajar, más si es por carretera, más aún cuando es por éste país, que a pesar de los pesares, es un Gran País!
Y es grande no sólo por su extensión territorial, en la cual cabrían más de una docena de países europeos. Es grande por su diversidad; su gente y sus paisajes; su cultura y su arquitectura; su gastronomía; sus trajes típicos y mucho, mucho más…
Así que éstas imágenes son testimonio de mi andar de norte a sur y de costa a costa, penínsulas incluidas, entre el Río Bravo y Guatemala durante el 2018. No es todo el país, pero si una parte representativa de él, si existe tal cosa en esta vasta pluralidad, de ciudades, pueblos, estados, gente, costumbres, costas, sierras, carreteras, amaneceres, puestas de sol y todo lo que el destino el camino fueron colocando delante de mi cámara.
Apenas empieza enero y ya me corre por la piel esa sensación que provoca esa tarea engorrosa pero tan llena de expectativa que es preparar maletas, mapas, cámaras, reservaciones, transporte, etc, etc…
Eugenio Robleda 