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La intrigante belleza del abandono
Ford Fairlane Station Wagon 1955
Categoría: Desnudo
Las mañanas…
Nos revolvemos en las sábanas entre modorras, sueños y deseos…











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La intrigante belleza del abandono
Ford Fairlane Station Wagon 1955
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«Desnudo, como preparado para la entrada de una sola persona. Y quien entrara se transformaría en un “ella” o en un “él”. Yo era aquella a quien el cuarto llamaba “ella”. Allí había entrado un yo al que el cuarto había dado una dimensión de ella. Como si yo fuera también el otro lado del cubo, el lado que no se ve porque se está viendo de frente.«
Clarice Lispector
Fire and rain
Just yesterday morning, they let me know you were gone.
Suzanne, the plans they made put an end to you.
I walked out this morning and I wrote down this song,
I just can’t remember who to send it to.
I’ve seen fire and I’ve seen rain. I’ve seen sunny days that I thought would never end.
I’ve seen lonely times when I could not find a friend, but I always thought that I’d see you again.
Won’t you look down upon me, Jesus, You’ve got to help me make a stand.
You’ve just got to see me through another day.
My body’s aching and my time is at hand and I won’t make it any other way.
Oh, I’ve seen fire and I’ve seen rain. I’ve seen sunny days that I thought would never end.
I’ve seen lonely times when I could not find a friend, but I always thought that I’d see you again.
Been walking my mind to an easy time, my back turned towards the sun.
Lord knows when the cold wind blows it’ll turn your head around.
Well, there’s hours of time on the telephone line to talk about things to come.
Sweet dreams and flying machines in pieces on the ground.
Oh, I’ve seen fire and I’ve seen rain. I’ve seen sunny days that I thought would never end.
I’ve seen lonely times when I could not find a friend,
but I always thought that I’d see you baby, one more time again, now.
Thought I’d see you one more time again.
There’s just a few things coming my way this time around, now.
Thought I’d see you, thought I’d see you, fire and rain, now.
James Taylor
Álbum: «Sweet Baby James» (1970)
You can leave your hat on…
Real slow
And take off your shoes
I’ll take off your shoes
Baby take off your dress
Yes yes yes
You can leave your hat on
You can leave your hat on
Turn on the light
No all the lights
Come over here
Stand on this chair
That’s right
Raise your arms up into the air
Now shake ‘em
You give me a reason to live
You give me a reason to live
You give me a reason to live
You give me a reason to live
Sweet darling
You can leave your hat on
Feeling
You can leave your hat on
You can leave your hat on
You can leave your hat on
You can leave your hat on
I’ve got nothing but time…

Henry- I could look at a woman’s legs for hours…
Wanda- I’ve got nothing but time…

A Bukowski’s Barfly tribute
Celebrando a Nuestros Muertos
Dos de noviembre, bienvenidos nuestros muertos que gozan de vida eterna, hoy los honramos, siempre los recordamos.
Alicia en el centro del reflejo
Sabía de la vieja creencia de que, al estar entre dos espejos paralelos y observarse por un largo período, podría encontrarse con el diablo. Sin embargo ella entendía que, en todo caso, lo que descubriría serían sus propios demonios. Dispuso las dos superficies reflectantes a sus costados y empezó a observar los múltiples reflejos de su ser.
Quería entender, en lo que la rodeaba, esa distinción que le daba la calidad de persona y que la hacía igual a sus semejantes. A esos entes que existen como idénticos a ella misma en el tiempo y en el espacio. Su objetivo era escudriñar una noción del ser en sí misma, más allá de la identidad como tal.
Poco a poco se fue concentrando en las figuras, aparentemente mas lejanas y apenas definidas, en las que difícilmente se reconocía. Esas eran las imágenes que buscaba, su yo desconocido, al menos para ella misma, trato de contemplarse durante largo tiempo pero al más mínimo movimiento de su cuerpo, sus múltiples yo, danzaban en un baile tan perfectamente sincronizado que ni la mejor compañía de ballet ruso lograría coreografiar.
Esa transformación de cuerpos al infinito, que los espejos le mostraban y que reducían sus dimensiones al alejarse con una proporción perfecta, le hizo recordar sus clases de geometría en la secundaria, en particular sobre la homotecia, trato de entenderlo pero era difícil comprender, sobre todo por que demasiadas visiones empezaban a generarse en su mente, provocadas por las oleadas de reflejos, a ratos indefinidos, ante ella. Peces y aves de Escher le nublaron la vista, sus estructuras ambivalentes se mezclaban con su yo proyectado al infinito y luchaba por verse, por encontrarse, por escudriñarse y reconocerse en esa que por destellos, por miles de ellos, le resultaba en ocasiones, tan ajena.
La multiplicidad de reflejos empezó a serle extraño, ya no se miraba, ya no era ella. Su yo se cosificó. Era un objeto mas y dada su infinita cantidad, la de sus yo objeto, les empezó a restar importancia, se devaluaron, tal como sucede en la ley de la oferta y la demanda. En la medida en que ella se parecía mas a lo contrario de su ser, mas borrosa se tornaba. Esto la inquietó al grado de hacerla creer que sus demonios en verdad empezaban a aparecer, que esa vieja creencia era real. Sus monstruos habían ahuyentado las palomas de Escher, sus peces se habían perdido en el océano de imágenes y destellos reflejados por ambos espejos.
Y así, al inicio de un trayecto desquiciante, surgió un atisbo, como suceden las iluminaciones, la epifanía se conjuraba. Sus oídos se inundaron de sonidos indefinidos, armónicos y cadenciosos pero inescrutables, se llenó de paz. Se le nubló la vista y al ritmo de la cadencia de lo que escuchaba, en el centro de esa visión borrosa, surgió ella y se recorrió con la mirada, con calma, sin prisa. Se vio en el centro de sus múltiples yo. Sin tratar de responderse quien era, de donde venía, a dónde iría, cuál era su papel en la vida y cuál era el sentido de la existencia, decidió aceptarse tal cual, sin mayor cuestionamiento. Entendió que todo eso lo sabría, en otro tiempo, en otro plano, en otro momento, en otro espacio, en otro reflejo quizás…
Publicado originalmente en la entrega de mayo de 2018 de la Revista .925 Artes y Diseño de la Facultad de Artes y Diseño plantel Taxco
Estado onírico
El sueño es un terreno rico y fértil, ahí cabalgan nuestros deseos, nuestros miedos y nuestras fantasías, es el espacio en donde nos liberamos de la razón y de las incertidumbres de cada día.
Avisos, consejos, premoniciones, atraviesan cada noche por el portal de lo tangible hacia la nada, para llegar, inesperados, a influir en nuestra conciencia.
El subconsciente habla un lenguaje difícil, simbólico, por lo que, los irredentos, precisan interpretar.
Se ha de adiestrar gradualmente la conciencia para permitirle, al estado onírico nocturno, desboque su libre albedrío, no expulsarlo para que emancipado, se manifieste en los sueños.
Eva tomando el sol…


Eva Tomando el Sol
Joaquín Sabina
Todo empezó cuando aquella serpiente
Me trajo una manzana y dijo prueba
Yo me llamaba Adán
Seguramente tú te llamabas Eva
Vivíamos de scuoters en un piso
Abandonado de Moratalaz
Si no has estado allí
No has visto el paraíso terrenal
Cogimos un colchón de una basura
Dos sillas y una mesa con tres patas
Mientras yo emborronaba partituras
Tu freías las patatas
Plantamos cañamones de ketama
Y un tiesto nos creció ante el ventanal
Con una rama de árbol
De la ciencia del bien y del mal
A Eva le gustaba estar morena
Y se tumbaba cada tarde al sol
Nadie vio nunca una sirena
Tan desnuda en un balcón
Pronto en cada ventana hubo un marido
A la hora en que montaba el show mi chica
Aunque en la tele diera en diferido
El Real Madrid – Benfica
Un día la víbora del…

