
Cuando el hombre creó los primeros objetos, fueron utensilios que el mismo utilizaría. Progresivamente, a través de la historia, sus manufacturas empezaron a ser mas diversas y sofisticadas, ya no sólo produjo herramientas para resolver sus propias necesidades, empezó a producir para tener con que hacer trueque, cambalache, negocio. Así, empieza a confeccionar joyería, ropa, muebles, enseres, artilugios, maquinaria, juguetes, medios de transporte y máquinas que fabrican mas máquinas que fabrican cosas…
El proceso de elaboración de un objeto conlleva, en sí, mucho tiempo. Desde detectar una necesidad, definir el elemento que la resolverá, diseñarlo, producir un prototipo, probarlo y mejorarlo, planear la fabricación y producirlo. Sin mencionar el diseño mismo de la producción, definir los materiales, procesarlos, estudio costo-beneficio, impacto ambiental, asignar un precio de venta, análisis mercadológico tan importante en estos días, distribución, exhibición y un largo etcétera.
Hay piezas que son tan anheladas que se convierten en invaluables objetos del deseo. Algunos alcanzan precios insospechados, existe mucho atrás de un producto antes de que este llegue al consumidor final. Hay objetos que por su propio valor intrínseco y el asignado se vuelven «eternos», otros no tanto y que con el tiempo y el uso constante se van desgastando y descomponiendo por lo que van cayendo en desuso, inservibles por no existir ya piezas para repararlos o reconstruirlos dado que los fabricantes originales ya no las producen porque ya no responden a las necesidades que van cambiando constante y velozmente con los tiempos o simplemente por que ya pasaron de moda.
Estos objetos, los desechados, consiguen prolongar un poco su vida útil en mercados de pulgas, ventas de garage o negocios de usado, tal vez van pasando de mano en mano sucesivamente hasta que finalmente terminan sin valor alguno, inservibles, unos trebejos, trastos viejos y herrumbrosos convertidos en auténtica chatarra. Finalizan su misión depositados en basureros, deshuesaderos o simplemente se les abandona en calles, baldíos o descampados.
Tanto esfuerzo, tanto tiempo y tanto dinero invertidos, momentos especiales en los que mucha gente satisfizo sus diversas necesidades y compartió con seres queridos esos bienes, para que, al final, todo termine en un completo abandono.







Me gusta esto:
Me gusta Cargando...